Peter Faberge y los Huevos de Pascua 30/05/12
RUSIA, San
Petersburgo.- Peter Carl Fabergé nació un 30 de mayo de 1846 y fue
el joyero más importante de Rusia antes
de la Revolución.
Encargado del negocio familiar en San Petersburgo, Fabergé era un artista que trabajaba sobre
platino, oro, piedras preciosas y semipreciosas. Realizaba diversas figuras
como animales, hombres y huevos de Pascua.
Tras la exposición de sus trabajos en una feria muy importante de Rusia, el Zar
Alejandro III encargó la realización de un huevo para su esposa, la Zarina
María, y de ahí en más, en la corona rusa las pascuas se
transformaron en las pascuas preciosas de Peter Carl Fabergé.
La Zarina quedó tan contenta con su regalo, un huevo de platino y oro, con una
gallina de oro en su interior, que decidió encargar todos los años para la misma
fecha un nuevo ejemplar. La tardición fue continuada, incluso, por su hijo Nicolás
II.
Peter Carl Fabergé
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Peter Faberge – Datos Biográficos
Peter
Carl Faberge conocido
también como "Karl Gustavovich Fabergé" (30 de mayo de 1846,
San Petersburgo, Rusia – 24 de septiembre de 1920, Lausana, Suiza), fue un joyero
ruso.
Es considerado uno de los orfebres más destacados del mundo, que realizó
69 huevos de pascua entre los años 1885 a 1917, 61 de ellos se conservan.
En 1870 pasa a ser el responsable de la empresa
familiar de joyería en San Petersburgo.
Con
una excelente reputación como diseñador, trabaja con piedras preciosas, semipreciosas
y metales, y realiza diseños de diferentes estilos como ruso antiguo, griego, renacentista, barroco, Art Nouveau, naturalista y caricaturesco.
Las obras de Peter Faberge fueron expuestas en la Exposición Panrusa de Moscú de 1882 y recibieron la medalla de oro. Recibió el nombramiento de orfebre y joyero de la Corte Imperial Rusa y de otras muchas monarquías europeas. Fabricó joyas con forma de Huevos de Pascua de oro y esmalte, animales en miniatura, cálices, bomboneras y otros objetos.
Para la Pascua
de 1883, el zar Alejandro III
le encargó la construcción de un huevo para regalarle a su mujer, la zarina María.
El regalo consistió en un huevo con cáscara de platino que contenía dentro uno más pequeño de oro. Al abrirse este último, se encontraba una gallina de oro en miniatura que tenía sobre su cabeza una réplica de la coronaimperial rusa.
Este particular Huevo de Pascua le gustó tanto a la emperatriz que el zar le ordenó a Peter Faberge que realizara uno nuevo para cada Pascua.
Once
fueron en total los huevos que Alejandro III le regaló a su mujer. Luego, su
hijo Nicolás II
continuó con esta tradición y mandó realizar otros para regalarle a su mujer y
a su madre.
Los 57 huevos que confeccionó la casa Fabergé tenían en su interior
algún obsequio, réplica en miniatura de una de las pertenencias de los zares.
La Revolución rusa acabó con la firma.
Desde la Segunda Guerra Mundial
han salido a subasta seis de estas obras de arte.
En noviembre de 1994 el Winter
Egg (creado en 1913, y que se creía perdido hasta 1984) alcanzó el récord
de 5.600.000 dólares.
El 28 de
noviembre de 2007, un huevo fabricado por Peter Faberge para la familia de banqueros Rothschild,
alcanzó en subasta el precio récord de 18 millones de dólares.
4- El Huevo de la Coronación, la obra más conocida y famosa, valuada en 18 millones de dólares
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El huevo de pascua es una tradición gastronómica de la fiesta de Pascua.
Se piensa que el origen de la tradición de comer huevos
al finalizar el invierno es una reminiscencia de la Edad de Hielo.
Tras el duro
invierno, y cuando apenas quedaban provisiones, con la llegada de la primavera
volvían las aves desde el sur (esto solo es aplicable al hemisferio norte) y
empezaban a poner huevos, de los que se alimentaban los hombres hasta que
podían volver a cazar con la llegada de mejores temperaturas.
El Huevo
de Pascua no aparece como un símbolo dentro de la costumbre judía.
Sin embargo
existe el simbolismo de utilizar un huevo duro dentro del plato (Keará) que se prepara durante el Séder de Pésaj, como
una representación de la continuidad del ciclo de la vida (por su forma
redondeada).
Otro significado que se le otorga al huevo durante el Séder es el
del endurecimiento del corazón del faraón Ramses II, que no permitía salir al pueblo hebreo de
Egipto.
Un tercer significado que se le
atribuye al simbolismo del huevo, es el fortalecimiento que presentó el pueblo
judío al lograr salir de Egipto durante el Éxodo.
Pero el
Huevo de Pascua como tal, no tiene relación alguna dentro de las tradiciones
judías.
En la
Edad Media el intercambio de huevos se hacía con huevos de tortuga a los que se
trataba la cáscara mediante diferentes procesos para decorarla. Muchas veces
eran verdaderas obras de arte.
La costumbre del “conejo de Pascua”, que consiste en esconder huevos pintados en los jardines de las casas para la alegría y regocijo de los niños que los encuentran, se sigue manteniendo en muchos países. Simboliza la persecución de Jesús por parte de Herodes y la intervencion de Dios para evitar ser encontrados.
Curiosamente en los jardines de la Casa Blanca el día de Pascua se desarrolla una singular carrera de chicos
que hacen rodar los huevos. Gana quien llegue más lejos y sin romperlos.
En Medio
Oriente todavía se siguen intercambiando huevos carmesí, para recordar la
sangre de Cristo. Los armenios los vacían y los decoran con imágenes de Cristo
y de la Virgen. Y en Polonia y Ucrania por Pascua, hacen verdaderas obras de
arte con cera fundida sobre su cáscara.
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