Babilonia: El Código de Leyes de Hammurabi 20/06/12
El
Código de Hammurabi del antiguo país de Babilonia, es el primer conjunto de leyes de la historia.
En él
Hammurabi enumera las leyes que ha recibido del dios Marduk para fomentar el
bienestar entre las gentes.
El dios Marduk |
Marduk (acadio AMAR.UTU,
en la Biblia Merodach מְרֹדַךְ) fue el nombre de un dios de la última
generación de Mesopotamia y la deidad patrona de la ciudad de Babilonia.
Cuando esta ciudad se convirtió en el centro
político de los estados unificados del valle del Éufrates en los tiempos de Hammurabi (Usiglo XVII
a.C.), se levantó como cabeza del
panteón de dioses Babilónico.
Estela del Código de Hammurabi, en poder del Museo del Louvre (París). |
El Código de Hammurabi, creado en el año 1760 a.C (según la cronología media), es uno de los códigos de leyes de países más antiguos que se han encontrado y uno de los ejemplares mejor conservados de este tipo de documento creados en la antigua Mesopotamia y en breves términos se basa en la aplicación de la ley del Talión a casos concretos.
A menudo se lo señala como el primer ejemplo del concepto jurídico de que algunas leyes son tan fundamentales que ni un rey tiene la capacidad de cambiarlas.
Las leyes,
escritas en piedra, eran inmutables. Este concepto pervive en la mayoría de los
sistemas jurídicos modernos.
De hecho, anteriormente la administración de justicia recaía en los sacerdotes, que a partir de Hammurabi pierden este poder. Por otra parte, conseguía unificar criterios, evitando la excesiva subjetividad de cada juez.
Hammurabi,
pues, fue un rey de Babilonia, una civilización antigua que floreció en la región
que ahora ocupa Irak.
Gobernó de 1792 a 1750 a. C. y conquistó varias naciones
rivales, pero es famoso sobre todo por ser el primer legislador de la historia.
Cerca del final de su reinado, Hammurabi promulgó uno de los primeros códigos
de países antiguos legales escritos de los que ha quedado constancia histórica, del que emanaban
los preceptos que debían cumplir los ciudadanos y los castigos que conllevaría
desobedecerlos.
En sí mismo, el concepto de leyes aplicables a todo el mundo
era una novedad desconocida en esa época, en la que la mayoría de las
sociedades se regían únicamente por los antojos de gobernantes déspotas.
Código de Hammurabi (detalle), en el Museo del Louvre. |
El objeto de este código era homogeneizar jurídicamente el reino de Hammurabi. Dando a todas las partes del reino una legislación común, se podría controlar al conjunto con mayor facilidad.
Parte superior de la gran estela. |
Este antiguo código del país de Babilonia era sin
embargo extremadamente cruel para nuestros estándares modernos.
Hammurabi
castigaba con la pena de muerte incluso las infracciones más leves: que las
mujeres entraran en una taberna, que los hombres dieran refugio a esclavos
huidos o que las esposas abandonaran a sus maridos sin un buen motivo.
Este
primitivo código reflejaba las supersticiones de una sociedad antigua. Las
disputas entre ciudadanos de Babilonia las zanjaba obligando al acusado a
tirarse a un río: si era culpable, se ahogaría, mientras que si era inocente
«escaparía indemne». En ese caso, el acusador sería condenado a muerte por
levantar falso testimonio.
Los escribas reales redactaron las leyes en un pilar de piedra negra consagrado al dios de la justicia y expuesto al público.
En esta inscripción, Hammurabi conminaba a «todas las generaciones venideras» a respetar esas leyes y a no «modificar los preceptos de la tierra que les eran dados».
Los futuros reyes, decía Hammurabi, deberían ratificar la supremacía de esta ley en vez de gobernar siguiendo sus impulsos personales.
Durante las diferentes invasiones de Babilonia, este código del antiguo país de Babilonia fue trasladado, hacia el 1200 a.C., a la ciudad de Susa (en Elam), actualmente en el Juzestán (Irán).
En esta ciudad fue descubierto por la expedición que dirigió Jacques de Morgan, en diciembre de 1901.
Fue llevado a París, Francia, donde el padre Jean-Vincent Scheil tradujo el código al francés. Posteriormente, el código se instaló en el Museo del Louvre, en París, donde se encuentra en la actualidad.
Un Afectuoso Saludo y Nuestros Mejores Deseos Para
Todos Ustedes.
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